En el ámbito de las relaciones humanas hay diversas formas de comunicarse, siendo una de ellas la no verbal, en la que no se utiliza como medio de expresión el lenguaje ni hablado ni escrito.
Simplemente no se necesitan las palabras, ya que se emplean para dar a conocer nuestras ideas, sentimientos y emociones, los gestos, sonidos y movimientos.
Su empleo voluntario o involuntario es parte de nosotros, ya que desde la más tierna edad nos permite comunicarnos.
En las siempre difíciles relaciones humanas, su uso es en la mayoría de los casos una muy eficaz herramienta, que permite transmitirle a quienes conviven con nosotros, aspectos positivos y por ende de características amables,
Algunas veces nos esforzamos por evitar que los interlocutores descubran nuestros sentimientos, a través de algún gesto que involuntariamente transmitimos, dando origen entre otras a la consabida expresión; “Se te nota en la cara”, siendo lo anterior solo un pequeño ejemplo de las dificultades que presenta la comunicación no verbal.
Por otra parte, en muchas ocasiones no nos damos cuenta de cómo nuestros gestos, sonidos o movimientos afectan a las personas con las cuales convivimos, como también y en el otro extremo, en algunas oportunidades emplearemos el lenguaje no verbal para dañar o molestar a nuestros interlocutores.
Además de lo anterior, no debemos olvidar al utilizarlo que probablemente, independiente de nuestras buenas intenciones, sea mal interpretado por la persona hacia la cual va dirigido, algo que ocurre más veces de las que uno cree.
Ahora bien, pareciera ser qué cuando alguna persona no utiliza para nada este lenguaje, manteniendo siempre la misma expresión facial y corporal, se nos dificulta, a lo menos en parte, la comunicación y el entendimiento.
Creo que emplearlo a fin de mantener buenas relaciones humanas en nuestro entorno diario, es vital para convivir en buena forma, algo que pareciera que siendo lógico y de fácil entendimiento, muchas veces lo olvidamos.
Permítame humildemente mi estimado lector, recordarle una antigua expresión que jamás dejará de estar vigente; “Un gesto amable no cuesta nada”.
Finalmente, para quienes como yo que no soy experto en esta materia, no está de más recordar que los elementos de la comunicación no verbal se encuentran claramente definidos, siendo éstos: las expresiones faciales, la postura corporal, la proximidad física, la entonación y el volumen de la voz, el contacto visual y la vestimenta y accesorios.