La Diócesis de Rancagua se sumó con entusiasmo a la alegría de la Iglesia Católica tras la elección del nuevo Papa, León XIV, confirmada el pasado jueves 8 de mayo desde Roma. Monseñor Guillermo Vera Soto, obispo de la diócesis, expresó públicamente su emoción y subrayó la importancia de este momento para los creyentes de la región.
“El domingo recién pasado, en todas las misas rezamos por el cónclave que venía y por la elección del nuevo Papa. Hoy nos alegramos porque tenemos un nuevo Pastor”, declaró, recordando con emoción la aparición del Pontífice en el balcón de la Basílica de San Pedro, donde entregó su primera bendición apostólica.
Consciente del desafío que representa el liderazgo de la Iglesia universal, Monseñor Vera hizo un llamado a los fieles de la Región de O’Higgins a apoyar espiritualmente al nuevo Santo Padre. “El Papa necesita nuestra oración. Es grande la responsabilidad que ha caído sobre sus hombros. Él tiene que iluminar la vida de la Iglesia y ser una luz en medio del mundo”, manifestó.
En su mensaje, el obispo también destacó el carácter sagrado de la misión papal. “El Señor le ha encomendado una misión inmensa. Que sus gestos y palabras, inspirados por el Espíritu Santo, nos motiven a seguir a Cristo con más fuerza y esperanza”, señaló.
Finalmente, extendió una invitación abierta a los creyentes: “Querámoslo mucho, acompañémoslo con nuestra oración. Que sea ese Buen Pastor que, a semejanza de Cristo, nos guía y fortalece”.
“Alegrémonos todos porque tenemos un Pastor, porque tenemos a León XIV en medio de nosotros”, concluyó Monseñor Guillermo Vera.
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