Marco Enríquez-Ominami, candidato presidencial independiente, se distancia de los bloques tradicionales y propone una agenda audaz: reforma tributaria, aborto hasta las 14 semanas, eutanasia y fortalecimiento del Estado.
En salud, plantea mil nuevos especialistas y 40 CESFAM, financiados con un royalty al agua y tributos a grandes fortunas. Promete subir la PGU a $350.000 y garantizar pensiones sobre la línea de la pobreza. En empleo, prioriza obras públicas y subsidios a madres solteras. Critica a la derecha dura y a la izquierda que lo excluyó de primarias. “Gobernaré con un gabinete elegido según el Parlamento”, afirma. Defiende el derecho a decidir y morir dignamente: “Soy católico, pero prefiero la ciencia”.