El líder opositor Lee Jae-myung se convirtió oficialmente en el nuevo presidente de Corea del Sur tras vencer en las elecciones presidenciales extraordinarias celebradas este martes. El candidato del Partido Democrático superó el 50% de los votos, según las proyecciones confirmadas por las principales cadenas televisivas, y asumirá el cargo sin período de transición, conforme a lo estipulado por la ley electoral surcoreana.
“Rindo homenaje a la gran decisión del pueblo”, expresó Lee poco después de la medianoche, ante un grupo de simpatizantes reunidos frente a su casa en el distrito de Gyeyang, Incheon. En sus primeras palabras como presidente electo, prometió “no defraudar” las expectativas de la ciudadanía.
Este triunfo marca un cambio político significativo para el país, que atraviesa una compleja crisis institucional desde diciembre pasado, cuando el entonces presidente Yoon Suk-yeol fue destituido tras intentar imponer la ley marcial en medio de protestas sociales. La medida, considerada autoritaria por diversos sectores, desató una ola de movilizaciones que culminaron en su remoción por parte del Parlamento, abriendo un periodo de inestabilidad política sin precedentes.
Con 60 años y una trayectoria marcada por el ascenso desde la pobreza, Lee Jae-myung representa una figura de renovación progresista. Nacido en Andong y criado en Seongnam, ciudad periférica de Seúl, logró completar sus estudios de derecho gracias a una beca, y se forjó como abogado de derechos humanos antes de iniciar su carrera política. Fue alcalde de Seongnam (2010–2018) y gobernador de Gyeonggi, la provincia más poblada del país, donde impulsó reformas sociales como el ingreso básico juvenil.
A pesar de su victoria, Lee inicia su mandato bajo la presión de una causa judicial reabierta por el Tribunal Supremo, que lo investiga por supuesta falsedad en declaraciones relacionadas con un proyecto urbanístico en Daejang-dong. Aunque fue absuelto en segunda instancia, el fallo fue anulado y una nueva audiencia está fijada para el 18 de junio. El caso pone en tensión la interpretación constitucional sobre la inmunidad presidencial, ya que el juicio comenzó antes de su investidura.
Durante la campaña, Lee moderó su discurso y adoptó una postura más centrista, enfocándose en propuestas concretas en materia económica, tecnológica y ambiental. Entre sus compromisos destacan la creación de un Ministerio de Clima y Energía, el fortalecimiento del Ministerio de Igualdad de Género y Familia, y un enfoque pragmático en política exterior, con especial énfasis en restablecer el diálogo intercoreano.
El nuevo mandatario asume en un país fuertemente polarizado, donde las brechas ideológicas y de género han fracturado el debate público. Deberá enfrentar, además, retos económicos inmediatos y tensiones comerciales con Estados Unidos en el contexto de los aranceles heredados de la administración Trump.