La reciente agresión a un conserje de 70 años en la comuna de Vitacura, por parte de un hombre de 34, no es un hecho aislado. Para Roxana Zuleta Bravo, académica de la Facultad de Educación y Ciencias Sociales de la Universidad Andrés Bello, se trata de “un reflejo preocupante de una sociedad que envejece, pero que no está preparada socioculturalmente para este cambio”.
Con más de 2,5 millones de personas mayores de 65 años, equivalentes al 14% de la población según el Censo 2024, Chile atraviesa una transformación demográfica profunda. Sin embargo, advierte la especialista, aún no cuenta con las herramientas necesarias para “garantizar el respeto, la inclusión y la protección efectiva de sus personas mayores”.
Zuleta subraya que el maltrato no se limita a agresiones físicas como la ocurrida en Vitacura. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, uno de cada seis adultos mayores sufre algún tipo de maltrato. Y aunque en Chile no existen cifras actualizadas de forma regular, informes parciales revelan un aumento de denuncias, especialmente durante la pandemia, cuando el aislamiento y la dependencia agudizaron su vulnerabilidad.
“El fenómeno no es casual”, sostiene la académica. A su juicio, está alimentado por factores estructurales como la soledad, la pobreza, la dependencia funcional, la invisibilización social y una cultura que percibe a las personas mayores “como una carga antes que como sujetos plenos de derechos”. Esa violencia simbólica se manifiesta en gestos cotidianos: omisiones, miradas indiferentes, tratos condescendientes, e incluso agresiones psicológicas o físicas.
Si bien Chile cuenta con avances legales, como la ley 21.013 que sanciona el maltrato hacia personas mayores, Zuleta plantea que “el problema trasciende el plano legal”. A su juicio, la urgencia no está solo en castigar a los agresores, sino en prevenir. Para ello, considera necesario “políticas públicas proactivas sustentadas en un enfoque de derechos, datos actualizados para su abordaje” y planes que promuevan la educación y la concientización.
Según la Encuesta Nacional de Inclusión y Exclusión Social de Personas Mayores, un 70% de los chilenos considera que el país no está preparado para envejecer como sociedad. Para Zuleta, esta percepción tiene fundamento. “No basta con promulgar leyes, debemos fomentar una cultura de respeto intergeneracional, fortalecer las redes comunitarias y derribar estereotipos”.
“El caso de Vitacura, como la punta de un iceberg, es el reflejo de muchos otros casos de violencia que ocurren en nuestro país. Debe dolernos, indignarnos, pero más que eso, movilizarnos”, concluye la académica. Y añade: “En cada acto de maltrato se quiebra no solo la dignidad de una persona mayor, sino también el espejo en el que como sociedad deberíamos todos mirarnos. Una sociedad que no cuida a sus mayores se desentiende de su propia humanidad. Y en ese descuido, perdemos todos”.
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