El deporte regional sigue entregando historias de esfuerzo y proyección. En la más reciente edición de Código Deportivo, transmitido por El Tipógrafo, el protagonista fue Rodrigo Moyano, joven renguino de 16 años que conquistó la medalla de bronce en los Juegos Panamericanos Junior de Asunción 2025 en la disciplina de tiro skeet. Con humildad, pero también con una clara mentalidad competitiva, repasó lo que significó su experiencia y los pasos que lo llevaron a instalarse entre los mejores del continente.
Un debut inolvidable
Para Moyano, esta fue su primera participación en un certamen de la magnitud de los Panamericanos Junior. “Nunca había vivido un Panamericano y fue súper emocionante. Al estar con todo el Team Chile en un mismo hotel, se generaba un ambiente muy especial, con mucho apoyo entre los compañeros de distintas disciplinas”, comentó durante nuestro programa.
Ese espíritu colectivo, según nos comentó, fue un impulso extra para enfrentar la competencia, que en sus primeras etapas lo tuvo algo dubitativo, pero que en la final le permitió desplegar todo lo trabajado. “No me desenvolví tan bien en la primera parte, pero en la final apliqué lo que había entrenado durante el año y logré el resultado que buscaba”, relató sobre la instancia en que se quedó con el bronce.

Preparación y exigencia
El camino hacia Asunción incluyó meses de preparación en concentrados intensivos. Rodrigo detalló que participó en tres instancias organizadas en Santiago y Ovalle, con jornadas de hasta ocho rondas diarias de práctica. “Fue un trabajo fuerte, con mucha repetición, para llegar con la mente y la técnica afinadas”, explicó.
En paralelo, su proceso internacional se fue forjando con experiencias en campeonatos previos. Recordó su paso por torneos en Perú, Qatar y Barbados, donde enfrentó altibajos, pero también logró los puntos necesarios para asegurar su cupo a los Panamericanos. “Soy crítico conmigo mismo. Hubo competencias en las que no me fue bien, pero todo sirvió para aprender. En Barbados logré clasificar a la final y eso me dio confianza para lo que vino después”, señaló.
Un deporte compartido en familia
Uno de los aspectos más llamativos de la historia de Moyano es su vínculo con el tiro skeet a través de su padre, quien también compite en la disciplina. “Mi papá fue cazador y después se metió en otras modalidades de tiro. Yo empecé a los 10 años y luego nos metimos juntos en el skeet. Es muy bonito compartir con alguien tan cercano, independiente de cómo nos vaya en las competencias”, expresó.
La dupla padre-hijo comparte entrenamientos y viajes, además de una relación de mutua inspiración. Rodrigo reconoce en su progenitor un modelo a seguir y un apoyo permanente en su desarrollo deportivo.
El presente y lo que viene
Aunque entrena principalmente en Rengo, donde vive, también viaja con frecuencia a Santiago para practicar en canchas con mayor tecnología. Su preparación está guiada por Héctor Flores, entrenador con el que trabaja en concentrados y sesiones específicas.
Respecto a lo que viene en el calendario, Moyano apunta a las competencias nacionales en Viña del Mar y Concepción, además de mirar con ilusión las citas internacionales de 2026. “El próximo año debería ir a mundiales en Alemania e Italia. Espero desarrollarme bien y tener un buen desempeño”, adelantó.
Una pasión que crece
Consciente de que el tiro deportivo es una disciplina poco conocida en Chile, el joven busca transmitir un mensaje de apertura y valoración hacia esta práctica: “Se pueden lograr cosas muy bonitas con este deporte, y no porque se usen armas tiene que verse como algo malo. Es una pasión que entrega grandes experiencias”.