El informe “Candidatos postulan por una región y votan en otra” reveló que más de 150 postulantes no podrán votarse a sí mismos. Aunque la ley lo permite, la ciudadanía exige algo distinto: compromiso, cercanía y arraigo.
En el Distrito 15, casos como el de Fernando Ugarte (REP), quien llegó a la región coincidiendo con su anterior postulación a gobernador, ejemplifican la distancia entre residencia formal y representación efectiva. No se trata de legalidad, sino de pertenencia y vínculo con el territorio.
En el Distrito 15, que reúne comunas como Rancagua, Machalí, Rengo, Requínoa y Doñihue, el debate abierto por el reportaje de TVN sobre “turismo electoral” dejó en evidencia dos maneras de entender la representación política. Candidaturas como las de Patricio Laguna (IND-DEM), Pía Margarit (UDI), Carolina Herrera (IND-PS) y los postulantes del Partido Republicano (REP) —entre ellos Fernando Ugarte y Emiliano García— evidencian una relación reciente o externa con la región, mientras que Emiliano Orueta (RN) y Raúl Soto (PPD) encarnan la raíz local: viven, votan y trabajan en O’Higgins, con trayectorias vinculadas al territorio y sus comunidades. Más que una diferencia legal, es un contraste de pertenencia, entre quienes llegan con la campaña y quienes permanecen después de ella. En un escenario donde la ciudadanía exige cercanía, coherencia y representación real, la pregunta queda abierta: qué camino elegirá O’Higgins en las próximas elecciones.







