Desde el asfalto de Rancagua hasta el podio continental en Panamá, Isaías González Ibarra demostró que la pasión y la perseverancia pueden desafiar cualquier obstáculo. El rancagüino de 23 años se convirtió en el flamante campeón del Abierto Panamericano de Parkour 2025 en la categoría Senior Freestyle masculina, con una presentación que le permitió alcanzar un puntaje de 23.300, suficiente para superar a los representantes de Argentina y México.
Pero la medalla dorada no fue solo el resultado de una buena jornada: fue el desenlace de una historia marcada por caídas, dudas y una férrea determinación. Días antes de viajar, Isaías sufrió un accidente que casi lo deja fuera del torneo. “Hace cuatro semanas me rompí la cabeza. Se me abrió, caí noqueado unos minutos y perdí la esperanza de competir una semana antes. (…) me pusieron seis puntos. Pasaron seis días en los que yo me quedé quieto, descansando y se cerró muy rápido, en una semana. Me quitaron los puntos, volví a tener fe de que podía y bueno, esa era la parte difícil. Me había accidentado pensando que no iba a poder ir”, relató durante su participación en el primer capítulo de Código Deportivo, programa de El Tipógrafo.
La herida física sanó, pero el desafío mental fue igual de exigente. A pesar del golpe, Isaías no bajó los brazos. Volvió a entrenar, calculó cada uno de sus movimientos y preparó su rutina con precisión matemática. “Me di cuenta de que no importa cuántas veces caiga, estoy tan obsesionado y enamorado del deporte que nada me va a botar. Incluso una caída propia”, reflexionó.
Y no era el único revés que enfrentaba. Viajó junto a sus compañeros de selección, Benjamín y “Tupper”, pero ambos quedaron fuera del torneo: el primero por una lesión, el segundo descalificado en la ronda clasificatoria. De pronto, toda la responsabilidad de representar a Chile quedó sobre sus hombros. Aun así, Isaías no se dejó vencer por la presión.
“Tengo que analizar bien cuáles son los movimientos que yo más domino y cómo los voy a conectar. Y ahí tengo que hacer una ecuación matemática. A veces puedo tener trucos muy complejos, que no caigo tan bien, pero si la matemática no me da, me va a dejar fuera de podio igual. Entonces no es tan solo movimiento técnico, también es calcular bien lo que uno va a hacer.”, explicó, dejando en claro que el parkour es tanto arte como cálculo.
Su historia con el deporte comenzó a los nueve años,cuando vio a unos vecinos que practicaban parkour. Desde entonces, no paró. Aprendió la cultura detrás de la disciplina, absorbió cada enseñanza y transformó ese impulso juvenil en una forma de vida. “El deporte se federó en 2012, pero antes era una disciplina, era un estilo de vida. Ahora lo mantengo así. Primero siempre va a querer mi corazón, que es un estilo de vida, algo que me ayudó a mejorar como persona”, comentó.
Hoy, Isaías no solo carga una medalla de campeón panamericano, sino también un nuevo horizonte. El siguiente objetivo ya está trazado: “El próximo año mi meta es poder asistir a un Mundial. Esa meta la tengo impuesta hace mucho, incluso antes de pensar que podría lograr un campeonato panamericano. Pero ahora, viendo el nivel que he conseguido, el apoyo que estoy recibiendo, me siento con más fe de quedar en el top 10 mundial”.
Desde una caída que casi lo deja fuera, hasta un salto que lo llevó a lo más alto del continente, Isaías González demuestra que, en el parkour como en la vida, lo importante no es solo llegar, sino cómo te levantas.